La RV facilita la creación de materiales y actividades ajustados a las necesidades de estudiantes con discapacidades sensoriales, motoras o cognitivas. Por ejemplo, al convertir texto en experiencias audiovisuales inmersivas, los estudiantes con dificultades de lectura pueden acceder a los contenidos de manera alternativa. Así mismo, los entornos virtuales pueden configurarse para reducir distracciones, ofrecer mayor control sobre las tareas y personalizar la dificultad, promoviendo una educación realmente inclusiva y equitativa.
Gracias a la realidad virtual, el acceso a escenarios y recursos antes inalcanzables se vuelve posible para todos los estudiantes, independientemente de su ubicación o contexto social-económico. Pueden participar en recorridos virtuales por sitios históricos, experimentos científicos avanzados o laboratorios de alta tecnología sin coste adicional ni necesidad de desplazamiento. Esto abre oportunidades de aprendizaje que democratizan la educación y enriquecen el currículo escolar.
La inmersión que ofrece la RV motiva a alumnos tímidos o con dificultades de socialización a expresar sus ideas y participar activamente en actividades grupales. Al eliminar el temor al error frente a la clase y ofrecer entornos seguros donde experimentar, se incrementa la confianza en sí mismos y la capacidad para colaborar con otros. Este nuevo entorno fomenta el respeto por la diversidad y construcción colectiva del conocimiento, elementos clave para una educación inclusiva.